Verso Clave: Ecl. 4:9-12
9 Mejor es dos juntos que uno solo; porque tienen mejor paga de su trabajo. 10 Si cae uno, el otro levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que si se cae, no habrá otro que lo levante. 11 También si dos duermen juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo? 12 Si alguno prevalece contra uno, dos le resistirán; y el cordel de tres hilos no se rompe fácilmente.
Durante más de un año hemos vivido aislados y con miedo de reunirnos con otros. Aunque estamos agradecidos por los recursos y los medios que nos han mantenido conectados, debemos darnos cuenta de que fue solo por una temporada. La humanidad ha estado hambrienta de compañía y ha estado sufriendo las consecuencias físicas, emocionales y espirituales del aislamiento.
La verdad es que Dios nunca diseñó a la humanidad para estar sola. Desde la creación de Adán y Eva, Su comunidad en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, hasta la unificación final de la familia de creyentes en el cielo, Dios sabe que las cosas son mejor juntas. Pero, sobre todo, creó la iglesia para representar una comunidad de personas que se unen con la agenda de Su reino.
El mayor regalo que Dios dejó a la tierra después de la ascensión de Jesús al cielo es el establecimiento de la iglesia. Conocida como La Novia de Cristo, representa la unión de un pueblo bajo una fe, un Dios, un Espíritu y un propósito hasta Su regreso. Cuando se une para orar, ayunar y dar, nada en este mundo puede detenerla.
Ha llegado la temporada de unirse y reunirse con otros. Es hora de dejar nuestros lugares desolados y reunirnos como el Cuerpo de Cristo para declarar que “¡Juntos es Mejor!”
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